Salvador Ventura
One by one hole in my two down sole shoes, my left and my right feet, and my fingers, hiding by socks, water wet mis patas
He buscado la muerte
a través de donde sale la vida
ella vino
me halló
pero he allí que yo no estaba
aún para ella
ha
la vie âpres la vie
la mort
mi sholeil,
una tina de agua helada
sin hielo sin frío sin tina sin agua
se derramó sobre mí,
una estrella perdida que no cae
juye,
un sigilo- no gallos, no chuchos-
un pedazo de luna-el otro pedazo
se escondió,
de mí cama al desierto solo hay un escalofrío
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hoy tendré miedo de la noche.
a Erasmo spur i sontecoman
como dijo casho, cada quién busca su muerte;
Una muerte álgida, las muertes de los grandes hombres son las muertes más estúpidas (dicen que estos son inmortales), la calle que se camina al revés en Cacahoatán y que nadie quiere caminar al derecho (donde dicen que sale la tizigua o la llorona o mujer de blanco), en la víspera de todo santo, antes de colocar las ofrendas y arreglos, la calle que se camina al revés, aunque haya un letrero sobre una tabla de las que aún se compone una casa que reza una prohibición acerca de su uso como mingitorio, esta sigue siendo utilizada como mingitorio gratuito a deshoras de la noche (también como cagadero solo teniendo cuidado de las tapalcuas), casi como la escena que puede apreciarse en la obra Romería en Hoboken en un dibujo a plumilla y tinta china de Bruegel;
una escena surrealista –aunque no seamos surrealistas, yo, más carlodanielanista que antes- “Ameht, te imaginas una escena para nuestro filme, una mano que de pronto aparece del corral dentro del brotón y que te empieza a masturbar mientras vos orinás y te volteás a ver al descanso del panteón y ves a una mujer desnuda con las chichotas salidas a través de la puerta de herradura del descanso”…
- a través de la verja helada y oxidada y retorcida testigo de tantas expropiaciones de la nación (y es que todo lo que esta contenido dentro del subsuelo es propiedad de la nación según la carta magna de Mejico, por lo consiguiente todos los dijuntíos junto con sus respectivos gusanos son propiedad de la nación, a esa conclusión llegabanos con “cimarrón” don Tomás Aguilar Morales mientras hacíamos tiempo para esperar el vocho rojo del maestro Tony el cual es autor de las memorias de un payaso obra en preparación por el autor mismo, evocando su adolescencia circense, todo esto en un día lleno de absurdos el cual había empezado desde el haber visto un cortometraje de cuando aún era chamaco Roman Polansky, lo vimos entre el chino Esteban que es japonés, único representante del arte oriental en Cacahoatán y del Ameht) espera del vocho y de su choufer que termino en una carcajada sonora (existen también las carcajadas silenciosas, y son muy peligrosas, por que pueden explotar los pulmones y se puede ir al cerebro y se puede perder la corteza cerebral) mientras el Bastón de San Pedro nos esperaba en Huehuetán para presentarnos al Balam, campeón de poesía estatal chiapaneca premio Rodolfo Figueroa y campeón de poesía de la ciudad de Mejico D.F.)...
“y le ves la vagina toda engusanada,- sí, salvador, como la que vas a pintar- nomás que hay que tener cuidado por que en esa casita de allí abajo en el puente del panzero vive un mampo que vende pastelitos, no vaya a ser que la mano sea de él, hijo ´e su uta madre- tendrá algo que ver eso acaso con mis demonios que llevo dentro según el Ameht?, (que no lo lea el diablo esto, si no capaz se copia el muy burro, le falta inspiración), la calle que se camina al re´ves, donde hay unos miaus (mishitos) amarrados con tramojos de chucho, gatos mañosos, su dueña (de los gatos of course doña Anita mamá del dijuntío Lic Cano), en un discurso pletórico de elementos ocultos descifrados con métodos holísticos, le avente la pelota, ¿eso es secreto verdad?,
el tener a los gatos amarrados, yo me lo sé, mi abuelita me enseño muchos secretos, algún día me lo confiará usted para que deje de ser secreto- no dijo doña Anita- y acaso algún nieto ya se lo dijo usted, inquirí- no, volvió a ser su respuesta nuevamente-, al estilo de las coplas contestadas del guapango huasteco o de una copla contestada tlacotalpeca, no se como se dice el gentilicio de los tlacotalpanecas de Tlacotalpan, Veracruz, tampoco sé si se contestan las coplas en Tlacotalpan), antes, una lectura del Pentateuco (claro, en castilla, no en yedish, aunque el ameht me dijo que me iba a conseguir el audio libro del Pentateuco en yedish para hacerme pendejo yo solo, aunque ya me consiguió todo el génesis en audio libro yedish ) y una leve perturbación al escuchar la admonición exorcística (por poco y me exorciza el buen Ameht,
para la otra será diabolo panzón, te vas a chingar cabrón, a falta de fe –de la que dice don Augusto Monterroso de cuando alguien tuvo un poco de ella y se desgajo un cerro he hizo una matazón- ayuno y aceite a falta de vino, agua y a falta de pan, tortilla), un novenario muy fatuo, tan fatuo que casi me cuesta mi corteza cerebral, no pude controlarme el día del accidente ni el whiskey pudo (es que ya se me acabó mi brandi francés (sábese que el brandi es español pero el brandi frances es por excelencia el cognac pero tiene que ser denominado de origen, de la región de cognac, france, si no es de allí, es simplemente brandi frances, o cognac de los pobres, como el cañac que toman los teporochos en Cacahoatán, como el frankenstain o el chilel, el estadio supremo de un bolo- y como soy pobre no puedo comprar cognac tengo que mancarme, ni modos, y no soy bolo, ni lo mande Dios) y el espresso (disfrazado de café de mata preparado por una señora que no sabe preparar café de calcetín) ni la impresión de ver la leyenda del pueblo don Carlos Canel, el día ingrato,
que casi pierdo la corteza cerebral, pero el pobre muchacho sí perdió la vida, Moisés Canel, que en paz descanse y que Dios tenga misericordia de él, y yo casi pierdo la corteza cerebral, casi ibanos a quedar a mano, gracias a Dios, yo no perdí mi corteza cerebral pero él sí perdió su vida, allí me di cuenta de que la muerte aunque uno la busque como dijo casho, si a uno no lo conviene pues no te morís y punto, quedás todo mal morido o todo espantado, todo pendejo todo atarantado todo totoreco, y tenés que ir a que te den una tu soplada a una mesa de centro, con un kilo de venecia y un manojo de ruda (lástima que ya se murió también la tatiana y la coreana, para que me soplarán ellas mejor), yo aún voy a ir a que me soplen, no a que me la soplen, una madonna del carmen pintada al óleo en dimensiones muralísticas obra del chino, el pintor japonés de la gorrita roja, máximo exponente del arte oriental en Cacahoatán, Estiben Moromisato, el mismo con el que vimos el corto de Roman Polansky (se nota la ausencia del trazo clásico del icono y de la escuela toscana sienesa del quatroccento),
esa pintura como eje central del altar en pleno novenario como el otro altar de la primera reunión pusyaísta realizada también dentro de los rezos de mi abuelita; esta muerte álgida se suma a otras muertes igual de feas (no hay muertes bonitas, a menos que estémonos refiriendo a la muerte de don Erasmo Espur I Sontecoman, sábese que él haya tenido una de esas muertes bonitas dignas de concurso y de imitar), ¿será capaz el olor de hombre (lo que lo dicen feromonas desde el punto de vista evolucionista) matar medio katún?, ¿así como también será capaz un desodorante de matar el tufo del sobaco?, son cuestiones existenciales para aplicarles el método cartesiano) ¿es capaz una mujer ser la causa del dolor de un hombre?;
(“este jijo de su puta madre se murió por culpa del culo, se lo dije al verga”, fragmento del Capitulo “Los empautados” pendiente del libro “Las telarañas de Don Urbano”, capitulo en colaboración con el doctor yerbabuena, el Dr. Andres Ernesto Alarcón, aunque el capítulo será de mi autoría por que a mi me corresponde) hay de muertes a muertes, como lo digo, yo ya tengo dos, solo me falta una, la carnal, don Erasmo Espur i Sontecoman salta a la convidada memoria por que él también ha muerto, (aunque aún no he visto ninguna esquela o participación en ningún diario importante así como tampoco en esas revistas afectadas que se dicen especializadas en literatura arte y fotografía y arquitectura que tanto han salido a la venta últimamente, dirigidas creo por un tal krauze, y tampoco he visto algún hommage en su nombre (de don Erasmo),
aparte, no se le ha bajado solita la palanquita del water en el servicio de la casa, ni he amanecido con morados en los brazos, señas inequívocas de que algún cercano conocido o desconocido ya petateó o pateo el balde o colgó los caitles, por cierto yo colgué los míos pero aún no he muerto, abusando de mi eternidad perentoria- no poder morir hasta no haber visto a la Santa María del Buen Aire hasta allá en el culo del diablo) ahora se dice de él, de don Erasmo, que ya es todo un dijuntío con todas las de la ley, que ya es propiedad de la nación, como la otra muerte de don Ángel Héctor cuando murió el señor Augusto Monterroso enterado (no enterrado el otro) por medio de la sección cultural del domingo de la comuna revoltosa de la jornada, en las bancas de hierro retorcido de los comales en la ciudad que no es ciudad y más sin embargo es el ombligo del mundo, pero ese es otro tipo de muerte,
y si de muertes se trata, todos estamos muertos, moridos, nomás que nos hacemos pendejos y nos imaginamos y nos soñamos aún vivos y cada uno tiene un sueño y cuando despertás es por que ya te moriste y los gusanos se dan gusto (o por que ya tu corteza cerebral valió madres o valió verga como dicen los chamaquitos modernos en Cacahoatán, aunque ya esa frase aprendida ya se va olvidando, afortunadamente, ishtos mucos lamidos, como decía mi abuelita queen (que lindo se forma la palabra reyna por comerse un espacio, son los beneficios de la lengua castellana extrapolada a otras lenguas) paz descanse), y bueno, la obra sontecomaniana ha quedado dispersa a través de sus itinerarios desconocidos, de sus asistencias sin invitación, una cosa curiosa, no existe fotografía para poner en los altares de nueve días cuarenta días y cabo de año de costumbres católicas, como en el caso del buen Moisés Canel que en paz descanse, su rostro,
el de don Erasmo, ahora, será recordado tan solo por aquellos que tuvieron la dicha de compartir el mismo sitio con él por diversa causa (ninguno de sus escritos publicados en forma de libros presenta retrato suyo u ostentación gráfica relacionada a su parecido físico ni en la tapa ni contra tapa mucho menos en la solapa), quizá en alguna cámara de video bancaria (aunque es muy difícil, el señor Erasmo Espur i Sontecoman no tenía predilección por los bancos y siempre pedía de favor a algún vagabundo clochard o linyera o pordiosero que retirase su dinero de la ventanilla bancaria, no creía él en la tecnología moderna, por eso será raro conseguir una fotografía suya, aunque desconozco si se le realizo alguna mascara mortuoria como las de Modigliani, Schiele, y demás señores de esos, las únicas cámaras que lo gustaban a él eran esas que tienen una caja obscura y tiene una especie de telón como escenario teatral (como las que usaba el chavo del ocho),
de esas alemanas con objetivos karl zeiss, como la que estaba en el puente de Talismán frontera con Guatemala, donde no pude tomarme la foto y ahora que busque al ingrato retratista ya no esta más y en un intento por querer asequir su cámara lo pregunte su precio y me dijo casi dieciocho mil quetzales el precio, si consigo la plata se la compro, lo busco y se la compro, claro, con su previo regateo, el origen moldaviano de don Erasmo le confería una superstición difícil de superar, él tenía aversión a esos aparatos modernos llámense móviles celulares laptops computadoras hornos de microondas secadoras para el pelo y demás parafernalia consumista y fetichista, amén de que nunca se subió a un avión, los viajes los realizaba por carretera o por barco (a veces en mula) según fuese el destino, él escribía (y platicaba) con su vieja maquina de escribir su viejo ventilador de fierro (que más que soplar parecía matraca como las que usan los judíos (no semíticos) en Cacahoatán allá por la semana santa en la puesta en escena de la obra de otro insigne dramaturgo popular cacahoateco desconocido con la obra indenominada
“El Santo Evangelio según Don Fidencio”, tradición popular que ya roza el centenario y por supuesto también el cementerio), don Erasmo es todo mecánico, tan mecánico es que se dedicaba a la linotipia con una replica de la primera imprenta que llegó a las Ámericas, don Erasmo Espur i Sontecoman cultivo muchos oficios estilísticos, el ensayo fue uno de lo que más lo gusto, amén de la obra ganadora de un premio Casa de las Américas, año IV de la Revolución Cubana (esto es, 1970) con la novela intitulada Crónicas del polvo, y su libro de poemas “Los cuadernos del pan dulce”, de 1961, y sus incursiones en la obra cuentística con el libro “ Y en el cuarto las mujeres entraban y salían hablando acerca de Miguel Ángel”, de 1965,
don Milo Temêszvar lo salvo una vez de ser un desaparecido más de las dictaduras latinoamericanas de moda en esos tiempos, pero esta vez no la vio llegar, ni por donde le llegó, así como su incursión en cine debido a que fue tramoyero en un teatro de no tan conocido nombre en la rue palais y un director lo dio papel de extra y de una media docena de representaciones un viejo cineasta lo vio y lo invito a participar con él como extra en una película de bajo presupuesto y regular producción, allí saltó al cinemascope como se le conocía por esos tiempos; su labor loable es que fue un editor que al igual que don Carlos Barral dueño de editorial Seix barral que apostó a publicar a don Alejo Carpentier y al maestro de la tumba blanca (Julio Florencio Córtazar Desscotte) entre otros, don Erasmo apoyo con ediciones en forma de panfletos para la diseminación de la obra pusyaística,
así como también, al terminar de barrer y quitarlo la tinta a los linotipos el taller se transfiguraba en las oficinas oficiales de editorial el Sementerio, todo esto como dijimos gracias a que de chamaco se arrimó a una imprenta como linotipista (que limpiaba las linotipos de tinta y los alzaba en sus cajitas de madera en orden alfabético, allí termino él de aprender a leer y escribir en la imprenta, y la semilla lo hizo volver, a la edad avanzada pudo el poner una imprenta como las que están en el centro histórico de Méjico pero más grande, en un taller decente, como Dios manda, todo artesanal, hay que recordar que era enemigo de los avances tecnológicos y cibernéticos,
hay que recordar que don Erasmo es hijo de un güero, -como la mayoría de alemancitos de Tapachula que están cruzados de alemán puro con criada de la región (fámula) como los Luttman, Edelmman, Kauffmann, Bernnsstorff (en la región mareña donde se crío don Erasmo lo decían gringo, ojo de gargajo, debido a que la mayoría de la población son prietos mis compañeros como dice el juche, y nació cercas de Veracruz, pero su origen filial parece ser bálcanico, el apellido en sí es judío, en la argentina aún se ven gentes con ese apellido nada más que allá van precedidos por la letra T y con una Z, Tzontecoman, extraño apellido, por eso sugiero su origen serbio, (aunque se apunta a orígenes de Catalunya en un escrito acerca de él realizado por jorge jolmash y traducido por Héctor Hernández) Sontecoman apellido de exyugoslavos, de esos pobres hombres a los que lo bajaban sus truzas allá en serbia y si estaban circuncisos no más lo ponían su plomazo, al estilo nazi,
o al estilo mejicano o al estilo argentino o a los demás estilos tipo chileno de Pinochet y demás franquistas, al estilo gringo of course, la obra literaria y artística que comprende incursiones en todos los ámbitos de las actividades creativas cine música pintura escultura y demás) de don Erasmo Espur i Sontecoman corre el alto riesgo de no ver la luz de su publicación, siempre su obra quedará precedida a unos cuantos que tuvieron la fortuna de haber intercambiado escritos para su lectura y breve opinión, dentro de esos afortunados figura un grupúsculo llamado pusyaístas que son una reminiscencia de otros grupos a los que ellos jamás quisieron pertenecer (cabe hacer mención que jamás pertenecieron a dichos grupos y si acudieron alguna vez a algún evento de ellos fue en calidad de oyente o lo que es lo mismo en calidad de público, más nunca de críticos por que ellos no saben nada de cuestiones literarias menos culturales),
sin embargo esos grupos los aglutinaban con su puro nombre dentro de sus grupos, ahora, será labor de ese grupo desaparecido de los pusyaístas dar a conocer la obra de don Luis Erasmo Espur i Sontecoman, de ese grupo, el que más contacto tuvo (y no del tercer tipo mucho menos del tercer sexo, por eso de la generación beat que todos eran mampos como el maestro Goyo Ramos de la secundaria Miguel Alemán de Tapachula hoy prepa uno, y que al decir que era mampo y se le recordaba por sus preferencias sexuales el maestro Rufino pego el grito en el silencio defendiéndolo diciendo que por que no lo recordamos como el gran hombre cultural que fue, sí hubíese sido de la talla de Jean Cocteau hubiesemos alabado su mampería, (a cuantos se habrá chingado o aventado o cogido Jean Cocteau, mi maestro Modigliani se salva por que él y Cocteau se caían mal recíprocamente,
quizá Cocteau le ofreció las nalgas a modi y este le ha de haber metidó un su vergazo (pero desde el punto de vista golpe, stroke, piña, bife, no del punto de vista de la palabra verga en sí, en su más socorrida acepción: miembro viril de los machos mamíferos, como el chiste del mampo, “encontrabánse dos mampos en una pileta o alberca o piscina como dice el paisano, y lo pregunta el que esta afuera del agua al que esta chapoteando, disculpa querida, como esta el agua?, esta de la verga, hay, turroooooooooooónnnn, entonces me aviento de culo”, o como el otro más elaborado de catón, el columnista y no el poeta latino, el columnista Aguirre de política y cosas peores, que dice, “iban dos mampos, y uno lo dice al otro, el tipo estaba tan feo tan feo, que en vez de pajarito tenía un murciélago”, acá cabe la aclaración que la palabra correcta es muerciegalo igual que cloeca y no culeca para las gallinas pero no es un escrito gramatical esto) pero como el maestro Goyo Ramos no fue de la envergadura cultural de jean cocteau, no lo fue,
lo dejamos en simple mampo que sabía declamar el mío cid de memoria y que era campeón de lucha grecorromana), barriendo lo que fue la imprenta de don Erasmo se encontró el siguiente documento, todo embarrado de tinta, todo batido, lectura ilegible, escritura y estructura incompleta, se fueron encontrando más documentos y se fueron añadiendo a ese primer papel embarrado de tinta, se puso a contra luz con una veladora y no se podía ver, después con una lámpara más fuerte como las que usan los doctores para ver las radiografías o placas y pudo irse descubriendo el primer renglón que dio paso a poder seguir leyendo pero más que poder ver era un especie de adivinanza, de ver que quería decir o ver que decía, ante la mancha de tinta, se paso a consenso entre los que habían tratado en vida a don Erasmo,
para poder pedirles una idea y poder armar ese escrito, fue una tarea al más puro estilo británico, de cómo se van traduciendo los jeroglíficos de los valles del nilo, a continuación se reproducirá textualmente lo que dice la primera hoja, con el permiso de los herederos de don Erasmo Espur, “Había aprendido a dormir con los ojos abiertos, le traía muchos beneficios, como por ejemplo los zancudos y mosquitos y chaquistes pensarían que estaba despierto y no lo picarían, podía buscar trabajo como velador y dormirse o echarse su coyote y las cámaras de vigilancia lo tomarían si bien no en su rondín si despierto, sus ojos tomaban más fuerza y podía ver los eclipses y demás fenómenos astronómicos sin necesidad de protección, aunque una cuestión en contra era que se deshidrataban sus pupilas, tenía que estarse poniendo constantemente gotitas de manzanilla en los ojos
y practicarse lavados de ojos constantemente, y comer mucha zanahoria por lo de la vitamina A, como dicen que hay oído de tísico, el tenía lo equiparable a la vista con el oído de tísico, podía ver de noche y ver a distancias mayores, como lo hacen los jaguares o yagüaretes, al principio no podía, le ardían mucho los ojos, se le trababan al principio pero después aprendió a destrabarlos tal cual Haudini podía destrabar sus muñecas hombros y demás articulaciones, tal cual Niccolò Paganini destrababa las muñecas para ejecutar esas notas de sus caprichos que solo él podía ejecutar con sus stradivarius, los párpados los volteaba y sacaba lo de adentro hacia fuera, y espantaba a los niños más pequeños, con los ojos había aprendido a probar el sabor de las comidas sin necesidad de probarlas con el paladar, podía calcular las distancias exactas con tan solo posar la mirada desde el punto de origen hasta el punto destino, esto es, lo encantaba subirse a las casas más grandes, a los edificios más grandes, a las lomas, montes,
a los campanarios de esas viejas iglesias, a los palomares, y ver y calcular las distancias, lo gustaba apostar y ganar un poco de dinero con esta propiedad que solo él había podido desarrollar, tenía muy desarrollado el sentido de la perspectiva, al contrario del arquitecto Antonio Gaudí que padecía una misteriosa enfermedad que no le permitía percibir los espacios y la forma y las distancias de los objetos que veía y por eso la magnificencia de sus obras, era su vista todo lo inverso de Gaudí, prescindía del uso de microscopio y de telescopios, llego al extremo de prescindir de la chele o lagañas de los chuchos para poder ver las almas de los difuntos, su vista era todo para él, pero a raíz de ello sus otros sentidos se fueron debilitando y se fueron algo así como desviándose hacia los ojos, el tacto, podía ver las texturas sentirlas sin necesidad de tocarlas tal como si las hubiese tocado,
parecía como si todos los sentidos se le hubiesen volcado en la vista, en los ojos, podía ver toda la gama de colores, lo que las demás personas estaba vedada, las frutas que dan los palos de amate que solo las iguanas garrobos y los muditos pueden ver, las patitas de las culebras que solo los muditos pueden ver, los espectros de luces, los fenómenos de refracción reflexión de la luz, eran para él cuestión de posar la vista nada más, no se lavaba los ojos a no ser que fuese solo con manzanilla, solamente con eso, tenía una crianza de gallinas con la única finalidad de recoger los huevos recién puestos y frotárselos en los ojos sobre los párpados, por que sabía que esto era vitamina para la vista, él prescindía del uso del caleidoscopio para ver el festival de luces que este ofrece, su vista hasta había logrado desarrollar velocidades de visión, como si se tratáse de una cámara reflex, como si de un obturador se tratase, desde la velocidad 0 hasta las 1000 1500 y más grandes, él siempre procuraba no desvelarse, así como tampoco visitar al oculista,
tenía miedo de que los hombres de ciencia se diesen cuenta de su prodigiosa vista y temía ser objeto de los más sofisticados y dirigidos estudios (en sí, él tenía miedo de que le fuesen extirpados los ojos para poder ser estudiados, tal como el cerebro del Mítico Pancho Villa), a veces tenía que hacerse pasar por ciego para disimular la tan prodigiosa vista, su vista era su única propiedad sobre la tierra, había alcanzado a calcular el punto de marchitez de las plantas con solo verlas, podía ver las personas que estaban enfermas, había desarrollado a la par de la visión un estilo único de estilo psicología, por que los colores tienen un lenguaje y él era el único traductor, por lo menos así se sentía él, así lo vivía él, la naturaleza le hablaba a través de los colores y las imágenes que él veía, lo que los demás miraban transparente él podía ver lo que había realmente, eso le traía muchos sobresaltos cuando dormía, por eso procuraba dormir solo, podía sentir el olor con solo mirar la cosa que emanaba el olor, llego un momento que se harto de su vista prodigiosa, que empezó a idear la manera de deshacerse de su vista, se procuro empezar a abrir el congelador y encender una especie de fogata y poner los ojos a cambios bruscos de temperatura para dañarse la vista,
pero miraba que sus ojos tenían como una especie de caparazón o coraza o quiste como las amebas, una vez intento lavarse con ácido muriático, se quemo los párpados pero nada le ocurrió a sus ojos, tuvo que estar con los párpados vendados por varias semanas hasta recuperarse, aunque el doctor se intrigo demasiado por el tipo de daño que sufrió y su vista nada lo ocurría, como la niña que lloraba palitos de mate en la provincia de corrientes en la Argentina, como tantos otros que lloraban vidrio en esa especie de estigma popular, así lo concebía el doctor o así se lo hacía creer él al doctor, él ya no quería más esa vista, estaba aburrido de ver todo lo que miraba, quería ser normal, volver a mirar como antes, cuando ya pudo estar bien de sus párpados, se ideo una última esperanza, hacer que una lechuza le arrebatase los ojos, tal como él sabía que ellas lo hacían con los gatos, a las lechuzas les encanta comer ojos de gato, y eso él lo resabía, lo había escuchado desde niño, por que él se había criado en el campo, lleno de supersticiones, sus ojos no eran claros, eran marrones, y las lechuzas buscaban los ojos que brillaban en la obscuridad, esto es, los ojos claros, por eso tuvo que conseguir unos lentes de contacto o pupilentes, para que sus ojos pudiesen brillar en la obscuridad, se busco unos verdes esmeraldas, de los más intensos y claros, la lechuza no podría desperdiciar tan suculento platillo,
un hermoso par de ojos listos para devorar en plena noche ausente de luna, se fue al monte con la esperanza de encontrar la lechuza, la lechuza solo silbaba, pasaba volando pero no en forma de cruz, la lechuza estaba ocupada anunciando la muerte de los que se marcharían esa noche y las noches siguientes, por que las lechuzas saben bien todo eso, y no son agüizotas, él quería sacarse los ojos, alimentar cuervos para que le sacasen los ojos pero eso era posible solo en los dichos populares y no en la vida real tal como él la vivía, se resignaba a conservar la vista, su esperanza era volverse diabético o heredar una especie de ceguera congénita, pero ni eso siquiera, el suicidio era una cosa que él no tenía contemplada, se le vino una idea fantástica, una especie de suicidio visual, tomo un curso de espeleología, y descendió a una gruta tan profunda que los rayos de sol no podían llegar, descendió sin lámparas ni otra fuente de luz, descendió como en un suicidio visual, estaba tan obscuro que sus ojos finalmente nada pudieron ver, él jamás sintió placer como ese, como una especie de orgasmos múltiples uno detrás de otro, sin poder contenerse, por fin sentía lo no permitido para él, ausencia total de imágenes de visiones de percepciones visuales, por fin el mundo prohibido de las sombras se abría para él, tuvo miedo coraje valor revelaciones visiones como si estuviese en el ritual del peyote,
se le revelaba el origen de los colores, el nacimiento de los colores, se le revelaba el origen de las auroras boreales de las tormentas de fuego ocurridas en el sol y demás estrellas, lo que Sir Newton siempre anhelo, todo se le revelaba en ese momento, lo que Niklas Kopernikus Y Galileus Galilei buscaban afanosamente, a él se le revelaba sin instrumento de laboratorio alguno, cuando quedo extasiado en estado de trance, decidió que todo se había visto ya, quiso un espejo para poderse ver a los ojos él mismo, tal cual medusa, y que los ojos lo absorbieran y hundirse en el fondo del espejo y después los que bajaran a buscarlo solo pudieran encontrar los añicos del espejo que se lo había absorbido, como transformado en un reflejo perdido en la obscuridad, como una imagen proyectada a través de un catalejo, lanzada aborrecidamente lo más lejos posible, nada comento él de todo lo que había visto, nada decía él de lo que él veía,
nadie sabía de sus capacidades visuales, ni siquiera las leyes de la óptica conocían eso que el sabía, él pudo cambiar las leyes de la óptica pero no quiso, prefirió volverse ciego que revelar el verdadero sentido las verdaderas leyes que solo a él le eran permitidas conocer, siempre conservo la buena vista que lo caracterizo, llego la muerte para él un día en que miraba el fondo de su plato de lentejas vacía, acabando de almorzar, miro de reojo por la ventana, solo miraba un aire que sacudía las ventanas y hojas de los árboles de la calle, quiso ver que pasaba y lo cegó un destello desconocido (secuelas de aquella vez que descendió a lo más hondo de la cueva infinita), destello que le reventó los ojos, los ojos le escurrían por las cuencas, lo encontraron horas después, el líquido miótico de sus ojos yacentes brillaba, en su féretro le cubrieron las cuenca vacías con unas canicas de las llamadas chibolas, de esas que valen cuatro o cinco canicas de las normales cuando uno esta jugando a las canicas, los gusanos no pudieron devorar sus ojos, y nadie supo nada de lo que esos ojos habían visto, la memoria consumió lo que los ojos habían visto y ninguna memoria del mundo podría volver a contar lo que nunca más otros ojos podrían volver a ver”.
Este escrito se le atribuye a don Erasmo Espur, aunque no se descarta el plagio (como a don Alfonso Reyes) o la confusión en el descubrimiento de este escrito, de si era de algún cliente o de alguien que quería ver publicada su obra y eligió a don Erasmo como su posible editor y ese escrito era nada más que una prueba para que él leyese, nunca lo sabremos, don Erasmo y su sólida obra, una obra confusa, pletórica de reacciones y elucubraciones dogmáticas, como si fuese una verdad absoluta, como la de que todo fuego quema, como la de que toda agua moja, en esa pequeña pero terrible filosofía holística, la muerte vista desde otros puntos de vista, abordada como mera justificación de estudio, desde el punto de vista griego egipcio maya babilónico hebreo chino hindú medieval católico cacahoateco según el santo evangelio según el tío Chente Santeliz por Ameht :
“...así como los oriundos de esta llorosa tierra (Cacahoatán. N. T. del divagador) nadie en este pueblo se muere verídicamente, la muerte no existe para los cacahoatecos, ni es un tránsito, ni un viaje como lo es para otros pueblos, acá la muerte no es abstracta, es real, ¡hiperreal! La muerte en Cacahoatán es una ciudad donde todos habitamos, nosotros, los cacahoatecos somos, por así decirlo, ciudadanos de la muerte, ya vivos o muertos todos moramos sobre la misma tierra, nunca hacemos maletas para partir de este pueblo. Ni los católicos ni los pentecostales, ni los testigos de jehová, ni los mormones, ni los adventistas, ni los presbiterianos; calvinistas, luteranos, arrianistas o agustinianos van pal cielo ni a los asesinos o rateros los espera impacientemente su pedacito de infierno porque todos morimos la vida o vivimos la muerte al pie del cerro…”
parte de su panteón cacahoateano (decidir si lo pongo letra vocal debil i o letra vocal fuerte e pero como en la lengua inglesa la letra e tiene ocho sonidos diferentes y hay palabras que llevan varias e y todas suenan de diferente modo pues como que me decanto por la letra e, y queda así, cacahoateano, por que cacahoateco es el gentilicio y para nombrar al panteón metafísico es menester otro adjetivo más), la muerte desde el punto de vista de Cacahoatán, en el mortual del voceador gritador jaculatorio lúbrico juglar pastelero argüendero camarada merolico que en santa paz descanse alcance a escuchar la explicación del tránsito de las almas al santo purgatorio según doña Candita señora canastera del mercado de Cacahoatán madre de un tullido ya fallecido, el día que murió el tullido [cuando murio mijo me dijo bañàme, y lo bañe, lo cambie, sentáme dijo, lo senté, se puso a llorar y me dijo: solo por que no puedo si no te mato y se puso mal, se aguado todo, pero antes hizo el intento de ahorcarme con sus entumidas y enclenques manos, quedo su manita atravesada, quedo todo tieso de lado, no me dejaron llorar,
un amigo panadero de él me dijo no llorá no llorá, por que si llorá cuando él vaye entrando al cielo lo van a agarrar a patadas, lo van a patear todo, no lo van a dejar entrar y lo van a agarrar a patadas, y no va a entrar al cielo, no llorá, no llorá y no lloré] el cuerpo tendido en pleno mortual, no tome café, me relaje, solo tome horchata, la muerte de nuestro voceador con toda su carga de humo, con humo suficiente en sus pulmones como para impulsar una locomotora del atlantic corporation pacific rail, como para impulsar de costa a costa en su linea de rieles, esa noche que falleció escucho su canción de navidad de Walter Villatoro cantante local tapachulteco de la talla de Felipe León, lloró mientras escuchaba la única canción que lo había hecho comprar ese disco, salió a quemar la basura a la calle, trago un poco más de humo por que el que despedían sus alas sin filtro sin boquilla lo eran insuficientes para sus enormes pulmones de elefante que tenía, se fumo su tabaco, ceno su chicharrón en salsa, se recostó para refinarse el chicharrón, prendió su ventilador horizontal vertical que pende del cielo abrazado de la pared su butaca cama,
a media noche entre silencio, solo un grito otro grito y otros tres gritos más, su esposa se incierta su hijo privado, su otro hijo el sonrisitas con sus abuelos en la casa gótica de Cacahoatán, se levantó, balbuceo en lenguaje que hablan los moribundos los que están a punto de que los pateen en el cielo, que no había aire, que el aire del ventilador no le era suficiente, que quería más aire, que el humo lo había empalagado, que ahora quería solamente una bocanada de aire como las bocanadas de sus alas tabaco obscuro, pudo llegar hasta el baño con ese cuerpo de ciento cincuenta kilos sentarse en la taza del baño echarse agua en la cara para ver si el aire del agua lo reanimaba para tratar una hidrolísis y obtener el único átomo de óxigeno que tiene cada molécula de agua, pero el agua no se quiso separar, y es que lo que Dios unió no lo puede y no debe de separar el hombre, se fue de bruces, de trompa, y se rompió la jeta, se abrió la ceja, la sangre escandalosa lo mojo nuevamente, pero ni el óxigeno de la sangre pudo, lo fueron a levantar con espuma por las fosas nasales y la boca, ya había pasado a pasar a ser propiedad de la nación, a un día de ser propiedad de la nación y ser corrido a patadas del cielo, su caja,
su féretro de edición especial, para su panza edición limitada, no le cerraba la tapa de la caja convencional, se tuvo que hacer una nueva caja extra grande con las dimensiones de su envergadura, al salir el cortejo fúnebre fue necesario un marro y un cincel para romper el arco de la puerta y poder sacar la caja, una colección de muñecas estilo barbie con las cabelleras desgreñadas ornamentaba la salita donde se velaba al voceador don David, casita mitad tabla mitad material, desfile de todo el barrio, se dejo medio día para ver si revivía, pero no revivió y es que es casi difícil poder vivir sin pulmones, los únicos que hacen eso son los pescados que prescinden del uso de pulmones y tienen agallas este tipo era de hartas agallas pero de otro tipo de agallas, de las que usan los gandallas (creo que de por acá viene la palabra raíz para los gandallas, los que tienen muchas agallas, en el regreso del mortual una lechuza (la misma que él había oído cantar un mes antes con sus propios oídos y que le anunciaba su propia muerte, si, la misma, y ni como taparse los oídos y ni como nalgearse uno mismo y ni como rayarle su madre a la lechuza para correrla) nos canto cuando veníamos de regreso con el Ameht, la escuchamos, pero nos hicimos pato, como que no había cantado, solo orine cerca de una siembra de albahaca en plena calle para saber que chimán, más adelante, me nalguie para explicarle al Ameht,
vi un viejito detrás de un mostrador de tiendita y me acerque para verlo y era don Israel, viejo merolico y viejo conservador de la tradición del santo evangelio según don Fidencio, hablamos un poco para que él recordará sus ejercicios de merolico y regresamos, con un nuevo conocimiento, de las patadas en plena puerta del cielo por causa de las lágrimas de los familiares en el velorio en el mortual, saliendo a trotar por el periférico de Cacahoatán platique con el rafita el duende el talachero del periferico y me contó de su abuelito don Apolinar un viejo chimán de Cacahoatán, preguntaba yo del origen de Emilio y Alvino Cuxuba con él, y me explicaba lo que yo ya sabía, también lo pregunte por el nombre del chimán que acostumbraba trabajar con gatos y que los enterraba vivos para sus trabajos de magia negra, don Prudencio se llamaba este chimán, y él lo descubrió por que una vez cuando él era chiquito, el rafita de chiquito, una vez se le perdió una su gata que estaba parida y amamantando y no aparecía y de repente a los varios días apareció la gata toda madreada, toda batida, más muerta que viva,
y es que la gata cavo una especie de túnel como pisote como tuza y el instinto maternal pudo más que la muerte y llego hasta la casa (por que los gatos jamás olvidan su casa, ni la ubicación, u orientación de la casa) y se espantaron cuando la vieron aparecer, así en las condiciones que apareció, como lloraba la gata, se escuchaba que lloraba el maullido lastimero, ellos ayudaron a sacarla del hoyo, del túnel, contaba de su abuelito don Apolinar, sus curaciones, las operaciones invisibles de las que yo ya tenía conocimiento de su existencia y él me las confirmó y explico, dentro de un cuarto que solo tenía una sola puerta de acceso ponían al enfermo, enfermos que los doctores no podían curar, los familiares del enfermo afuera del cuarto, el enfermo encerrado bajo llave, no había chanchullo, después de hacer las oraciones a la noche el enfermo era colocado sobre un catre con suficiente algodón, alcohol y pinzas, al otro día amanecía el enfermo curado, con la causa de la enfermedad a un lado con las palanganas dejadas la noche anterior con suficiente agua, amanecía curado, y todo esto dentro del cuarto cerrado por un candado por la única puerta de acceso y los familiares del enfermo cuidando para que no haya chanchullo,
apareció una vez una estaca grandísima de una pierna hinchada que los doctores (antes en Cacahoatán no había muchos doctores, solo uno o dos y a veces no se encontraban, habían más boticarios como don Guillermo Sánchez papá de don Rodolfo que es el doctor boticario del pueblo prolongando la tradición del padre y don Juan Barredo que en paz descanse, pero más lo habían chimanes) los espiritistas, me contó la manera de cómo entraba en trance su abuelito (se pareció mucho al cuento encontrado en los talleres de don Erasmo por eso me sorprendió mucho las coincidencias) y que el chimán predijo su muerte y reencarnación, que los espíritus lo dijeron que nacería nuevamente en el año 2050, en otra familia y en otro país, decía que cuando entraba en trance, sus ojos se le trababan y no miraba nada, solo veía sombras, después nada, como que lo querían agarrar, su espíritu se iba, se desprendía del cuerpo,
y otro espíritu llegaba a curar, en el desplazamiento de su espíritu este llegaba hasta un jardín hermoso y allí se estaba quietecito hasta terminar de curar que era cuando volvía a regresar al cuerpo, y por que salí a trotar yo?, porque no quiero que me pase lo que a don Erasmo y al maestro Rufino y al vocero David y al albañil Moisés, y demás dijuntíos, para que no tengan que romper la pared de la casa y sacarme por ese hoyo como lo hicieron para sacar el cadáver de jose lezama lima en la calle de varadero 66, por que murió se fue haciendo grande grande como una hipérbole y murió (¿el humo infla? Quizá, ¿inflama? Tal vez€) , por esa simple razón, y por que no quiero estar tirado en una cama número 371 del tercer piso de hospital como el buen Lázaro, (ojala que Dios el misericordiosos haga su voluntad y se levante este Lázaro igual que el primer Lázaro de todos los Lázaros, Lázaro, levanta y anda (y anduvo medio pendejo pero anduvo)) no aún, hasta no ver a la Santa María del Buen Aire, por cierto acabo de ver unas litografías del virreinato donde por primera vez vi la imagen de nuestra señora de Santa Maria del Buen Ayre, tanto buscarla y no encontrarla ahora tengo que asequir ese libro, en ese mismo libro viene la litografía o grabado de la pachamama, ya tengo ese libro, pero perdí otro, el de la España de franco, pero ya tengo otro acorde, perdí unas biografías salvajes, de que importan todos los libros del mundo después de haber perdido un incunable, la sexta cuerda, sonó en nota do bemol (menor para los que no son músicos como yo), como cuando termina de requintear el calin, al estilo de los tres reyes, como pellizcando la cuerda de metal,
i see you beneath the images i see beneath the sounds isee beneath the breads i see beneath the eyes i see beneath the silence i see beneath 'u , and who 's seeking beneath me?