domingo, 10 de febrero de 2008

Una Propuesta para Educación a Distancia a partir del Modelo Educativo Institucional.

Por Edna Rodríguez Salas.

Durante el proceso preliminar de reflexión con miras a la elaboración de una Propuesta para Educación a Distancia, a partir del Modelo Educativo Institucional de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pude constatar, sólo al comparar otros modelos educativos de educación a distancia, que las instituciones universitarias que cuentan con la infraestructura suficiente para abrir espacios educativos a distancia, por lo común, adoptan modelos educativos externos sin una reflexión profunda sobre su propia orientación, sin base en sus condiciones y requerimientos particulares, lo cual se hizo evidente en primera instancia en el discurso, por la falta de personalidad propia de la institución a tratar.

No obstante, uno de los grandes problemas de esto, es decir, de adoptar sin cuestionar un modelo educativo ajeno, es que estas instituciones educativas pasan por alto el carácter autónomo y universal, así como el pensamiento crítico que por principio debe asumir cualquier universidad y sus miembros. Esta situación que resulta sistemática y que refleja un problema de fondo, nos obligó, a quienes somos responsables de la Propuesta para Educación a Distancia, a detenernos un momento para reflexionar sobre lo que queremos y podemos hacer con los recursos tecnológicos con los que la Universidad dispone, y con base en esta reflexión, elaborar un discurso de forma crítica, autónoma y responsable, que no convierta a éste, en un modelo externo y formal, inadecuado a las necesidades de nuestra universidad, del estado de Aguascalientes y del país. Simplemente se trata de hace valer nuestro principio de autonomía con un pensamiento crítico, hacia una acción creativa.


Educación a distancia, por su propia naturaleza, es una modalidad que abre nuevas experiencias pedagógicas y comunicativas que impulsan, de otro modo, el desarrollo integral de los estudiantes, incorporando los recursos tecnológicos disponibles en la práctica y en el proceso educativos, y cuyo sentido responde previamente a los valores que se pretenden fomentar, producto de la reflexión pedagógica.

Esta propuesta busca que las mismas estrategias pedagógicas sean las que orienten el uso de los recursos tecnológicos al servicio de la reproducción de valores que toman por base la concepción del ser humano con facultades genéricas para llegar a ser un hombre integral, y por ende, se concibe la educación como parte esencial de éste, su proceso de transformación, a diferencia de los valores que fomentan solamente una formación a distancia.

Educación a distancia pretende ampliar el panorama de posibles experiencias del ser humano con el apoyo que brindan las tecnologías disponibles, es decir, con la apertura de personalidades distintas, en contextos sociales diferentes, que en conjunto crean una visión plural sobre los cursos a tratar. Al final, esto permitirá que cada quien sea capaz de discernir en la toma de sus propias decisiones a partir de un panorama más amplio, contribuyendo de esta forma en su proceso de transformación como hombres íntegros, autónomos, libres y responsables, defendiendo y transmitiendo sus propios valores en el entorno social en el que viven.

La propuesta para Educación a Distancia reconoce por eso que el lado tecnológico de la educación es necesario para la integración del universitario, pero también advierte que su aplicación no es ni será suficiente para su formación humanista, aunque en efecto contribuya en ella al facilitarle el desarrollo de sus capacidades tecnológicas. La Universidad, por consiguiente, tiene el compromiso ético de humanizar tecnológicamente a los universitarios, proporcionándoles, por un lado, las herramientas y los conocimientos necesarios para adquirir nuevas competencias en el manejo de estas tecnologías, y por el otro, fomentar una postura crítica y ética respecto a su uso.


Además, se busca que los actores de la educación mantengan un equilibrio entre los espacios de reflexión personal y los que son necesarios compartir y socializar, no sólo para la integración de los universitarios a distancia, sino también para la construcción social del conocimiento, lo que en conjunto es un gran desafío en ambientes a distancia.


En efecto, con la fascinación de las constantes innovaciones tecnológicas se da por supuesto que los modos de comunicarnos son necesariamente distintos de los que se realizan en las clases presenciales, aunque se llega a perder de vista, no siempre, una cuestión clave, a saber, cuáles son los fines pedagógicos bajo esta modalidad.


Esta propuesta educativa tiene claro que los recursos tecnológicos no son un fin en sí mismos por más esenciales que sean para la práctica a distancia, y que más bien, estas tecnologías son el medio comunicativo y de información necesarios para alcanzar los fines educativos que en principio se tienen para con los estudiantes.


La propuesta para Educación a Distancia, por consiguiente, propone que los universitarios se apoyen de los recursos tecnológicos que ofrece la plataforma educativa de la Universidad para sostener entre ellos un constante diálogo, mismo que dé pie a la reflexión personal y colectiva, cobrando sentido y sustento la práctica y el proceso educativos bajo esta modalidad. Con base en el manejo técnico de estos recursos, los profesores en especial, serán capaces de imitar, crear o recrear estrategias y actividades pedagógicas a distancia, producto de la formación y actualización que adquiera en este sentido.


Por otra parte, esta propuesta reconoce la figura del profesor como el principal promotor de valores, ya que se espera, con el ejemplo, que los estudiantes universitarios enriquezcan también su experiencia educativa y que cultiven un sentido crítico y ético con el uso de tecnologías.


Una de las cuestiones más interesantes de educación a distancia son las experiencias educativas que se pueden generar por su propia dinámica interna. Como se ha señalado, este modelo pretende humanizar la tecnología al agregarle valores que sólo los actores de la educación pueden generar con un sentido crítico, y no mediante el uso automático de los recursos tecnológicos. Para dar un ejemplo, lo importante no es enseñar a usar Internet –entendiendo esto como enseñar a navegar-, sino más bien enseñar a usarlo con criterio (¿para qué consultarlo?, ¿qué se pretende encontrar?, ¿para hacer qué cosas que antes no podríamos hacer de otro modo?, etc.).


Al respecto, ante la basta información que se dispone en Internet, se pretende, en primer lugar, que el estudiante aprenda a seleccionar la información relevante y pertinente que favorezca su estudio, aprovechando en última instancia las ventajas que tiene con fines educativos, contrarrestando así lo que podría parecer una desventaja, y que de hecho lo es, cuando Internet se aparece como una mera acumulación de datos registrados en línea. Lo importante, pues, para esta propuesta, es rescatar las potencias que tienen los recursos tecnológicos al servicio de los fines educativos, y por tanto, dirigir su uso en ese sentido y con esos valores.

Por supuesto, no se pretende sustituir una modalidad por otra, pues lo preferente es que se complementen. Sencillamente esta propuesta educativa recalca las posibilidades de acceso y flexibilidad de información que generan los ambientes a distancia, así como las posibilidades de comunicación que esto propicia en la práctica y en el proceso educativos.

De este modo, la UAA no sólo revoluciona las modalidades educativas, sino también los procesos de enseñanza y aprendizaje, las relaciones humanas y el modo de entender al hombre, es decir, redefine las respuestas respecto al modo de comprender la educación.