domingo, 9 de marzo de 2008

¿QUÉ VALORES EN EL AULA?

Por: Edna Rodríguez Salas.



Hay valores que el docente reproduce inconcientemente al relacionarse con los estudiantes (ya que los valores son, en un sentido real, los que llevamos a la práctica, estemos o no concientes de ellos) (esto porque normalmente al actuar no estamos pensando, paso por paso, lo que hacemos). Por ejemplo: Cuando en la práctica, el objetivo del profesor solamente es que los estudiantes aprendan los contenidos de una materia, de una manera u otra, los está domesticando, aunque nadie se dé cuenta del asunto. Su valor es el de domesticación de las personas. ¿Por qué? Porque basta con que el estudiante memorice el contenido para aprobar la materia, aunque pierda con eso el desarrollo de su capacidad crítica y reflexiva (es decir, pierde lo que tiene de humano). Por eso es importante recalcar el papel del profesor que está enseñando valores, lo sepa o no, por encima de cualquier contenido (o mejor dicho, no por encima, sino a través de él).

Otra experiencia es, para los estudiantes y para el propio profesor, cuando este último cumple con el currículo institucional creando además espacios de discusión y reflexión dentro del aula sobre los temas tratados. En este sentido, el profesor se reconoce de otra manera, es decir, como un profesor que toma la iniciativa de invitar a los estudiantes a reflexionar sobre el porqué, o para qué, les sirven los contenidos revisados. De una forma conciente, el profesor pretende que los estudiantes desarrollen los hábitos democráticos en el aula, como cuestionar, participar en grupo y comprender que los contenidos del currículo les son útiles para la vida, no para aprobar una materia. Esto a su vez significa un nuevo rol para el profesor: reconocer que él puede hacer significativo y actual un tema aparentemente carente de sentido para los estudiantes.

Podría decirse que la mejor manera de reproducir un valor democrático es crear el hábito de participación y discusión poniendo el conocimiento al servicio del hombre. Y sin duda el profesor, desde su propio campo, tiene en sus manos el contribuir en esos hábitos (en el aula física). ¿Esto significa que lo puede hacer también en ambientes en línea? Evidentemente sí. El imperativo entonces es el siguiente: hacer uso de los recursos tecnológicos con un fin educativo (y un fin educativo -se esté fuera o dentro de un aula- es hacer habituales los valores humanistas en las relaciones interpersonales, llámense relaciones entre profesores y alumnos, o en general, entre personas). Por eso, por muy fácil o complicado que les resulte a los profesores el manejo de la plataforma educativa -para crear un ambiente virtual didáctico y dinámicas de trabajo interactivas-, no se debe perder de vista el rol que tienen en sus manos para poner la tecnología al servicio de la educación.