domingo, 9 de marzo de 2008

Reciclaje y Reciprocidad como Procesos de la Innovación


Por Juan Reyes Álvarez.
Alumno del Doctorado de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma Metropolitana.



La teoría de las redes empresariales ha permeado su literatura con afirmaciones que a la luz parecieran simplistas; como por ejemplo que la cooperación es un elemento básico para el desarrollo de las naciones, aunque la mayoría de las propuestas resultan ser afirmaciones al aire sin justificar cuáles son los mecanismos y condiciones por los cuales surge la cooperación entre empresas.

En este ensayo se proponen dos conceptos claves para la teoría de redes: reutilización de recursos (reciclaje) y colaboración mutua (reciprocidad), pero en cambio aquí se sustentan con la propuesta de John Holland (1996) y Robert Axelrod (1984 y 1997). Reciclaje y reciprocidad son dos conceptos que abordaré desde la perspectiva de los Sistemas Complejos Adaptables (SCA) y que pueden ayudar a conocer la problemática del atraso tecnológico de algunos países.


Reciclaje

El reciclaje es el aprovechamiento de recursos, mismos que han sido utilizados y pueden en su momento volver a ser utilizados para otra o la misma actividad. Por ejemplo, la chatarra puede ser reciclada para la fabricación de otros productos que necesiten acero. Holland (2004; 43) menciona que esto no resulta ser nuevo cuando se plasma en una red donde el efecto sobre la producción llega a ser sorprendente; lo ejemplifica con un bosque tropical:

“En un bosque tropical de régimen lluvioso es extremadamente pobre, debido a que los aguaceros tropicales lixian el suelo, lo cual da por resultado que los nutrientes sean drenados hacia los ríos. Por esta razón la agricultura ordinaria, la cual no recicla los desechos, prospera escasamente cuando ocupa áreas deforestadas. Por el contrario, el bosque virgen es rico tanto en especies como en número de individuos. Este estado de cosas depende casi enteramente de la capacidad del bosque para capturar y reciclar los recursos críticos”.

Dicho proceso crea diversidad porque permite usar eficientemente recursos, los recursos son atrapados o ahorrados en la red para actividades futuras que son base de la diversidad. Los recursos que no son reciclados en una red, son probablemente utilizados por otros agentes; aquella agua que no es retenida en el bosque deforestado va a los ríos, mismos que pueden dirigir el recurso a otros agentes.

“Aquellas sistemas y redes que aprovechan los recursos mediante el reciclaje son los que mas proliferan. Aquellos que no lo hacen pierden sus recursos a favor de otros que sí lo hacen. Esto es selección natural, escrita con mayúsculas” (Holland,. 2004; 45)

¿Y esto qué relación tiene con la innovación tecnológica?

Los conocimientos, sean tecnológicos o no, son recursos que pueden ser ocupados para n actividades, siempre y cuando los agentes tengan la capacidad de adherirlos a sus actividades. Pongamos el ejemplo de las patentes: cuando se realiza una invención con una latente aplicación industrial y se plasma en las patentes, el conocimiento desarrollado se hace público y está a disposición de ser usado por otros agentes.

Si esta invención, que llamaremos A, es desarrollada en una red de empresas, es muy probable que por la colaboración de las empresas que la conforman, dicha invención sirva como base para crear, además de aplicaciones, otras invenciones que serán aprovechadas por la red.

Si la invención es desarrollada por un agente solitario es muy probable que dicho recurso sea ocupado por otros agentes que tienen la capacidad de desarrollar aplicaciones y otras invenciones. El conocimiento es utilizado como un “spillover” a favor de otros agentes.

Observando los dos puntos anteriores, para reciclar el conocimiento no se necesita de la cooperación, por ejemplo, si tenemos que el conocimiento ha sido puesto en una patente y otros agentes pueden aplicarlo sin necesidad de una relación con el agente o agentes que la crearon de inicio, entonces la cooperación es un elemento no necesario para el reciclaje. Sin embargo es necesaria para producir un efecto multiplicador* en aplicaciones del conocimiento y en la creación de invenciones en un medio donde se lucha por los recursos, ya sea en sentido biológico, económico o social.

Aquí cabe hacer un paréntesis acerca del agente en el que pensamos (individuo o empresa), aunque basta decir que no es un agente con “racionalidad sustantiva” o con “racionalidad perfecta”. Podemos pensar que es un agente con racionalidad limitada, ecológica o adaptativa, ya que en la realidad lo es. La cooperación entonces permite dos cosas:

  • Ayuda a acelerar la creación de aplicaciones e invenciones tecnológicas ya sea con una agente que sólo actúe con base a sus experiencias (looking backward), o aproveche los recursos disponibles y haga uso de sus mapas mentales (looking forward).

  • Ayuda a los agentes a no perder recursos y crear conocimientos a favor de otros, mediante la reutilización de los mismos; a fin de cuentas se compite por los recursos que suelen ser escasos.

Reciprocidad

¿Cómo se forma la cooperación entre agentes que suelen tener diferencias y metas distintas? ¿Cómo se desarrolla la cooperación y cuáles son los elementos necesarios para sostenerla? Robert Axelrod (1984) se pregunta haciendo uso del dilema del prisionero, que consiste en que dos jugadores tienen la opción de cooperar o no hacerlo. Si quisiéramos aplicar dicho juego a la innovación, habría que convertir a nuestros jugadores en empresas; si ambas cooperan el resultado individual es favorable para ambas, tanto individualmente, como de forma global. Pero si uno de ellos coopera y el otro defrauda, o en otras palabras, si uno realiza un esfuerzo tecnológico al desarrollar una invención plasmada en una patente y el otro sólo espera para desarrollar la copia o aplicar la patente, entonces el resultado es que, al llevar el nuevo producto al mercado, sea mas benéfico para aquel que copió la tecnología y desfavorable para aquel que hizo un gasto y esfuerzo tecnológico inicial, o sea, para el que desarrolló la patente. Por otro lado, el hecho de que ninguno realice una invención o patente[1] los coloca en un estado de carestía al pagar una penalización, ya que seguramente habrá otros que si lo hagan y restrinjan su mercado.

Con los resultados de las puntuaciones algo es evidente, a saber, que el reciclaje de conocimientos -o su reutilización- no depende de la cooperación, pero incide como un incentivo de forma global. Si observamos el resultado, suele ser diferente a las teorías de innovador – imitador, en las que el innovador siempre tiene una ventaja sobre el imitador al momento de introducir la invención al mercado (innovar). Suponemos que habrá otros agentes que harán un ahorro en el desarrollo tecnológico (al no hacer un esfuerzo tecnológico) y que podrán copiar la innovación o invención y que por el mismo ahorro les permitirá invertirlo en estrategias de mercadeo, nuevas aplicaciones, etc., obteniendo una ventaja al imitar o no cooperar. Esto de alguna forma no es nada irreal en economías como las latinoamericanas donde suelen coexistir empresas con innovaciones esporádicas y empresas donde la rutina es la innovación y el absorber otras tecnologías es relativamente fácil.

Con estas observaciones se podría introducir el proceso de innovar al dilema del prisionero. El dilema puede ser qué tan beneficioso resulta hacer un esfuerzo tecnológico o si es mejor esperar para copiar sin tener que arriesgar con inversiones como la tecnología.

Regresando a la obra de Axelrod, al haber recibido información del primer torneo y saber qué estrategia ganó en el primer torneo, algunos agentes percibieron y aprendieron cosas distintas extrayendo por ejemplo dos lecciones (Axelrod, 1986; 55):

  1. “ser cumplidores e indulgentes”
  2. “si los demás van a ser cumplidores e indulgentes, puede resultar rentable tratar de aprovecharse de ellos”.

Para el segundo torneo, obviamente los que aprendieron la segunda lección se aprovecharan de los primeros,

  • Sin embargo esto no les sirvió de mucho al vérselas con aquellos que no se dejaban explotar y castigaban la no cooperación llevándolos a obtener puntuaciones bajas.

Axelrod (1984 y 1996) pone a prueba la estrategia ganadora mediante dos técnicas: ecológica y evolutiva. En la prueba ecológica cambia la distribución de las estrategias de los torneos y elimina aquellos que son menos eficientes, llegando a un ambiente muy cooperativo con estrategias parecidas a lo que hace toma y daca. Al hacer esta prueba Axelrod se pregunta: ¿qué estrategia podría invadir el ambiente y eliminar a toma y daca?

  • Sería una estrategia que siempre defraudará (no cooperar en todo momento), bajo la condición de que los jugadores tuvieran pocas expectativas a futuro de volverse a encontrar.

  • Por otro lado para que un grupo pequeño de no cooperadores poblara todo el ambiente se necesitaría que fuera un grupo bastante apiñado; que tuvieran relación entre ellos con bastante frecuencia, que las relaciones no fueran aleatorias entre los no cooperativos y claro que se cumpla el punto anterior.

La perspectiva evolutiva (hecha 12 años después mediante la herramienta de los algoritmos genéticos de John Holland), se basa en que las estrategias exitosas tienden a fusionarse (reproducción sexual), lo que dio como resultado un ambiente también bastante cooperativo.

Las afirmaciones presentadas en las tres viñetas anteriores nos llevan a bosquejar que la cooperación puede emerger de un ambiente en el que se castigue al no cooperador y que exista posibilidad de volverse a encontrar (que el futuro valga); para esto, en cierto sentido, se necesita de la formación de redes. En una red es fácil identificar a los no cooperadores, ya que se suele etiquetarlos debido a la repetida interacción; ésta ayuda a castigar y fomentar la reciprocidad.

Regresando a nuestro ejemplo de innovación, el resultado de la investigación es claro para esclarecer el problema acerca de la innovación: el de que fomentar las redes es un mecanismo que alienta la innovación. La reciprocidad, el castigo al que no coopera, el no fomentar estrategias no explotables, ayuda a ejercer la cooperación, ayuda a reciclar conocimientos y no solamente tecnológicos.

En un ambiente donde la población es invadida por puras estrategias no cooperativas, el resultado para el ambiente sería que se producirían menos invenciones, aplicaciones, etc., y posiblemente si consideramos un ambiente alterno existirían spillovers hacia fuera. Por ejemplo empresas extranjeras sumergidas en un proceso de innovación pueden fácilmente identificar nuevo conocimiento en el mercado y llegarlo a incorporar a sus empresas explotándolo y explorándolo.

Las empresas trasnacionales en México ejercen una especie de succión de recursos productivos, humanos y tecnológicos, que les suele costar poco ya que no invierten en ellos. Lo anterior sólo es posible con agentes que permiten la explotación. El gobierno muchas veces fomenta esto con su presencia subsidiaria y no castiga a aquellos que sólo explotan los recursos nacionales (el castigar no quiere decir multar, sino puede ser eliminar el subsidio o no cooperar). El fomento a las redes de cooperación entre empresas NACIONALES es una forma de reducir la explotación y fomentar el reciclaje de recursos internos estratégicos. Con lo anterior no se quiere decir que las redes tengan que ser totalmente endógenas, pero para poder asimilar los conocimientos externos se debe tener conexiones internas y fuertes. El nivel de exploración, explotación, endogenidad y exogenidad serán temas que abordaremos en el futuro.



* El efecto multiplicador se define como el paso de un recurso de nodo a nodo y dicho recurso se va transformando hasta obtener más recursos, como por ejemplo el multiplicador keynesiano: el efecto de una cantidad de dinero en una actividad industrial incide en otras actividades que dan rendimientos, devolviendo una cantidad mayor de dinero.

[1] Aunque en la realidad el hecho de patentar y de realizar una invención no son procesos iguales por ahora por comodidad lo consideramos de esa forma.